miércoles, 8 de septiembre de 2010

ALERTA POR EXTINCIÓN DE LA FLOR NACIONAL

Así como el nombre de José Jerónimo Triana, uno de los botánicos más importantes del país en el siglo XIX, desapareció casi totalmente del recuerdo de los colombianos, la flor bautizada en su honor, la Cattleya trianae, escogida como flor nacional desde 1934, también tiende a convertirse en un recuerdo. Su extinción es casi un hecho.

Hoy encontrar un ejemplar de esta orquídea en bosques o selvas del país es poco menos que imposible. La mayoría está en manos de coleccionistas y en cultivos in vitro con los que se intenta salvarla. Esto, a pesar de que la flor de mayo, como también se la conoce, crecía silvestre y en gran abundancia hasta hace unos 30 años.

La extinción de la flor nacional se debe, principalmente, a los cambios en el uso de los suelos. La franjas donde se podían encontrar fueron urbanizadas y eso ha hecho que se fragmenten, o sea que ahora no se extienden en grandes espacios sino que nacen en lugares aislados, donde son más vulnerables a la extinción , explica Andrea Olaya, de la Red Nacional de Jardines Botánicos.

La Cattleya trianae, escogida como flor nacional desde 1834.
Otro factor destructivo es la irracionalidad de su explotación. Comerciantes y coleccionistas las buscan como si fueran piezas de oro por su elevado valor. Hace un año, por ejemplo, se llegó a pagar el equivalente a 150 millones de pesos por una flor exhibida en la Feria de Orquídeas de Japón.

Una de las instituciones que lidera la recuperación de la especie es el Jardín Botánico de Bogotá, donde se mantiene una producción in vitro de estas orquídeas.

Lo más difícil es encontrarlas. Una vez son detectadas, se buscan ejemplares o semillas con las condiciones necesarias para lograr su reproducción en el laboratorio , indica el biólogo Gustavo Morales.

Después, el reto es copiar las condiciones naturales que requiere la planta a medida que va creciendo. Deben pasar por diferentes frascos y materas, hasta que pueden ser llevadas al campo.

El Jardín Botánico ya tiene material suficiente para generar miles de las emblemáticas catleyas. Sin embargo, la idea es mantenerlas en hábitats seminaturales -como los predios de la institución-, donde su conservación puede ser garantizada. Eso, sin embargo, implica, que en muy pocos años la flor nacional será un ejemplar imposible de encontrar en bosques y selvas.

Lo importante es que ya hay ejemplares en manos de coleccionistas de todo el mundo. Eso da una garantía de permanencia , opina Morales.

FICHA TECNICA.
Las catleyas, cuyo nombre proviene del botánico inglés W. Cattley (muerto en 1832), constituyen un género de plantas de la familia de las orquidiáceas, propio del trópico americano y al que pertenece la Cattleya trianae.
Esta última, originaria de Colombia y cuya variedad abarca 15 colores, es una de las más de 3.000 especies de orquídeas que se encuentran en el país y que representan alrededor del 10 por ciento de las descubiertas en todo el mundo (35.000).
Según Rodrigo Pacheco, responsable del Departamento de Investigación del Jardín Botánico de la capital del país, solo en la sabana de Bogotá existen unas 220 especies de orquídeas nativas y otras 50 más sin clasificar.

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